Buenas
tardes a tod@s:
Ya
estoy de vuelta de mis vacaciones, en esta ocasión hemos estado en Marruecos, y
os preguntaréis por qué os cuento mi destino vacacional, pues porque me ha
llamado mucho la atención y me he sentido muy mal por la pobreza y las
condiciones en las que se encuentran l@s niñ@s en un país tan cercano y a la
vez tan lejano.
Hemos
realizado nuestro viaje con nuestra autocaravana y al principio todo normal. Al
transitar por las carreteras secundarias, los niños (y hablo en masculino) que
había en los pueblos salían a nuestro encuentro y te saludaban con la mano,
unos encantos, pero en el momento en el que hemos andado por las calles y en
alguna ocasión en barriadas del extrarradio, hemos percibido esa pobreza y esa
desatención a la infancia, que nos ha dejado mellados.
En
una ocasión nos perdimos y fuimos a parar a una de esas barriadas de las que os
estoy hablando, llevábamos una bolsa llena de pinturas y bolis y unos cuadernos
y decidimos que ese era el sitio adecuado para regalarlos, y nada más cerca de
nuestro presentimiento. En cuanto paramos la autocaravana, varios niños
salieron a nuestro encuentro y al ir a sacar la bolsa por la ventana varias
manos se hicieron con ella y la hicieron trizas, los bolis y pinturas salieron
despedidos y todos los pequeños se arremolinaron en el suelo para coger el
material como si no hubiera un mañana y que decir de los cuadernos que salieron
volando por los aires y no llegaron ni al suelo, los cogieron al vuelo. La
imagen de lo más angustiosa, salimos de aquella barriada con un silencio que
nos acompañó durante bastantes minutos, nos quedamos sobrecogidos. Imagino que
os haréis a la idea.
El
niño es una persona diferente al adulto, es un ciudadano con unos derechos que
emanan de su condición de persona. Estos derechos han sido reconocidos y
proclamados por las Naciones Unidas en la Declaración de los Derechos del Niño,
a partir de la cual surgen las leyes que sirven para salvaguardarlos.
La
protección a la infancia debe surgir del reconocimiento efectivo de estos
derechos, empezando por la satisfacción de sus necesidades. Esta protección se
ejercerá directamente sobre el menos e indirectamente sobre el medio familiar y
social.
Pero
esta no es la realidad, está claro que no, si revisáis los Derechos o
principios de la Convención sobre los Derechos del Niño, lo veréis claro. Una
pena pero no es así. He visto niños trabajando cuidando ovejas, niños cargando
con burros y mulas, niños sucios, niños con ropas andrajosas, niños explotados,
niños que no van a la escuela, niños malnutridos, niños tristes… mejor no sigo.
En
fin, hoy en el Tipi Hibiscus ha sido día de juego libre, de reencuentros, de
adaptación, de muchos mimos… No hemos realizado ninguna actividad en
particular, estoy esperando que ell@s se vuelvan a encontrar cómodos después de
estos días de ausencia. Os dejo con unas imágenes de la “adaptación” tras las
mini vacaciones.
Hasta
mañana!!!
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