miércoles, 30 de abril de 2014

Descubriendo a la Naturaleza



Buenas tardes, hoy ha sido un día muy especial para l@s pequeñ@s del Tipi Hibiscus y… os esteréis preguntando ¿Por qué? 

Las primeras Navidades que pasé en esta casa compré un abeto y lo puse en una gran maceta, tras pasar esas fechas tan señaladas, lo saqué al jardín hasta las siguientes Navidades y cuál fue mi sorpresa que en primavera una pareja de estorninos o mirlos (no tengo muy claro de que se trataba) comenzaron a preparar un nido para incubar sus huevos y que sus polluelos estuvieran resguardados de las inclemencias del tiempo y de posibles depredadores. 

Pues bien, tuve la suerte de seguir y fotografiar todo el proceso, el nacimiento de los polluelos y las fases por las que van pasando, incluido el aprendizaje del vuelo y en ocasiones se comían alguna miga de pan que les dejaba al lado del nido y semillitas. Durante muchos meses seguí viendo a la familia alimentándose de lombrices, brotes y semillas en el huerto.

Aquí os dejo las imágenes de aquellos momentos.








Al año siguiente llevamos el abeto al pueblo para plantarlo en el monte y el año pasado cuando comencé con el proyecto del Tipi Hibiscus, cancelé el huerto para poner el jardín de invierno y que l@s niñ@s pudieran jugar en él y no había vuelto a saber de las aves hasta hace unos días, en los que a la hora de la comida observábamos como un macho de estornino (o mirlo) se dedicaba a coger lombrices en mi jardín, cada vez con más frecuencia y ayer mientras l@s pequeñ@s dormían pude ver como el macho tras haber recogido en su pico unas cinco lombrices se encaramaba en el falso jazmín y salía de él sin ninguna, me aproxime y allí estaba la madre repartiendo las lombrices a sus polluelos.

Así que hoy, hemos salido al jardín a ver el nido y los polluelos, los pequeños han alucinado, les han encantado, era como que no se creían lo que veían y pedían insistentemente que los volviera a alzar en brazos como para confirmar la veracidad de lo que habían visto, para volver a descubrir el milagro de la Naturaleza, no hemos querido interrumpir más a los polluelos y a la madre y les he prometido que cada día les haríamos una visita.



Tal vez no se trate de las mismas aves que se criaron en mi abeto aquella primavera, pero algo me hace creer que son ellas.

Disfrutad del día del trabajador. Nos vemos de nuevo el viernes.

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