jueves, 5 de febrero de 2015

El inicio de la comunicación verbal

Buenas tardes a tod@s:

Después de tres días sin hacer publicaciones, me disculpo ya que telefónica me dejó sin teléfonoInternet, tv... retomo el tema de la semana pasada, y hoy quiero hablaros del inicio de la comunicación verbal, de las primeras palabras de los niñ@s.



Entre los 12 y los 18 meses, el niñ@ dice las primeras palabras. A pesar de ser configuraciones fonéticas semejantes a las producciones adultas, se emplean con un valor más de señal,  de gesto comunicativo, que de palabra. Hacen referencia al contexto compartido y tienen una función de frase, por lo que se denominan Holofrases. El significado que el pequeñ@ otorga a las primeras palabras es idiosincrásico ya que se haya ligado a su propia experiencia en un contexto. Aun cuando fonéticamente sean semejantes a las pronunciadas por el adulto, el significado presenta diferencias (la palabra mamá no hace referencia al mismo significado a los 18 meses o a los 3 años quue a los 10). A través de la frase, el bebé comunica y negocia intenciones y significados que el adulto es capaz de interpretar apoyándose en los índices paralingüísticos y extralingüísticos. La palabra del niñ@ adquiere sentido en el contexto compartido. Por ejemplo “agua” puede querer decir que quiere agua, que está viendo el agua, el adulto verbalizará e interpretará la palabra del pequeñ@.

En un primer momento, las palabras frases forman parte de contextos ritualizados, pero paulatinamente, se van generalizando a nuevas situaciones, gracias al uso que el adulto hace de la misma palabra, en diferentes contextos.

La capacidad del niñ@ para comprender el habla adulta referida al contexto compartido es mucho mayor que su capacidad de expresión. De hecho suele entender mucho más de lo que los adultos suponen y, en algunos casos, mucho más de lo que demuestra (sobre todo cuando sus intereses son contradictorios con lo dicho por el adulto).

El pequeñ@ realiza sobreextensiones, es decir, utiliza una palabra generalizando su referencia a objetos de categorías próximas, por ejemplo llama “guau-guau” a todo animal de cuatro patas o “pelota” a cualquier objeto que ruede. O al revés, restringe el uso y “gato” solo es el de su abuela.

Si se analizan desde la fonética, se puede hablar de palabras semejantes a las producidas por el adulto (ava por agua) o inventadas (tete para chupete o bibi para biberón) que los adultos que conviven con él entienden y le dan el valor de palabra.

Durante el segundo año de vida la incorporación de nuevas palabras se realiza lentamente pero, a partir de los 20-24 meses, el proceso se acelera y el léxico crece rápidamente. La necesidad de comunicarse, de participar en contextos de actividad compartida significativos para él, lleva a un aumento progresivo del vocabulario. El niñ@ incorpora palabras con valor referencial que antes eran denotadas a través de gestos, porque reconoce que son más eficaces y económicas a la hora de requerir, demandar, ofrecer, rechazar… Utiliza palabras, de todas las categorías gramaticales, para referirse a objetos, acciones, estados o acontecimientos y algunas convenciones sociales (como hola, gracias, por favor). Aparece la concordancia entre género y número, se inicia en el uso con algunas dificultades, de los artículos demostrativos, posesivos y pronombres personales y utiliza la forma verbal del presente. Estos avances posibilitan las primeras combinaciones de palabras.

Con las primeras palabras el niñ@ puede3 realizar designaciones de muy diverso orden, pero expresarse por medio de una sola palabras tiene sus limitaciones. Las primeras construcciones sintácticas se relacionan con la capacidad creciente del niñ@ para reconocer el lenguaje como el instrumento ideal para la comunicación. Antes también utilizaba construcciones mixtas, del estilo de “está aquí”, pero se dan a partir del modelo adulto y el niñ@ las utiliza como si fueran una sola palabra. Mediante la combinación de dos palabras, el pequeñ@, puede hacer referencia a acciones (nene corre) a localizaciones (aquí pelota), a negaciones (plátano no), a posesiones (zapato mamá).

Espero que os haya gustado. Más adelante os hablaré del habla en los tres, cuatro y cinco años.


No hay comentarios:

Publicar un comentario