martes, 27 de mayo de 2014

Excursión: animales y plantas



Hoy quiero haceros una breve introducción a los sentidos del gusto y del olfato: cómo se desarrollan, qué huelen o degustan… y luego os explicaré a qué hemos dedicado el día de hoy.

Como ya dije ayer los sentidos del gusto y el olfato están muy relacionados y en el cerebro se perciben de una forma muy similar. Las sensaciones que siente el futuro bebé son el resultado de cómo huelen y cómo saben las sustancias que contiene el líquido amniótico. 

El gusto.

A la sexta semana ya es reconocible la lengua y sus papilas gustativas comienzan a formarse una semana después. En el segundo mes ya tiene formada la boca y es capaz de abrirla y de tragar algo de líquido amniótico. A partir del tercer mes su sistema gustativo ya está activo y en torno al cuarto mes es capaz de distinguir diferentes sabores. 

El feto tiene, desde el tercer mes de gestación, un sentido del gusto muy desarrollado. Si percibe un sabor dulce en el líquido amniótico, acelera los movimientos de deglución, mientras que si este contiene un sabor amargo o que le resulta desagradable, deja de tragar en el acto.

El olfato.

El sentido del olfato es muy importante para la supervivencia del bebé. Gracias al olfato el niño encuentra el pecho materno después de nacer. 

Si al recién nacido se le aproximan a ambos lados de la nariz dos trocitos de algodón, uno impregnado con leche materna y el otro con la de otra mujer, se vuelve antes hacia el algodón en el que aprecia el olor materno. 

A las cinco semanas comienza a dibujarse un esbozo de nariz en la primitiva cabeza del embrión. Se trata de dos puntos, las plácodas nasales, que se sitúan en la región frontal, pero aún habrá que esperar algunas semanas para que este órgano empiece a hacerse visible. 

La depresión superficial que forman estos puntos da lugar a las fosas nasales; alrededor de ellas se forman unas elevaciones de tejido en forma de herradura que se transformarán en las aletas de la nariz. 

Entre las semanas 6ª y 7ª de gestación se desarrollan la punta, la cresta nasal y parte del tabique, como resultado de lo cual, a la 8ª semana, su pequeña nariz ya está diferenciada.      A las siete semanas los nervios y la membrana olfatoria también están formados y a partir de la 12ª semana la nariz está preparada para percibir todo tipo de olores. 

En el útero el feto se familiariza con olores procedentes de los alimentos y las sustancias que consume la madre, que algunos investigadores cifran en alrededor de 120. Estos olores también impregnarán la leche materna.

            Pues bien, hoy y aprovechando que no llovía en Sarriguren hemos salido de excursión a una tienda de jardinería, ya que estábamos cerca de una tienda de animales, hemos entrado a hacerles una visita, no podíamos perder la oportunidad.

            El objetivo de la actividad no era otro que desarrollar nuestro sentido del olfato con las flores y plantas, sobre todo aromáticas que allí nos hemos encontrado. Ha sido una experiencia muy bonita, íbamos parando por todas las mesas llenas de plantas y oliéndolas, les he ido sugiriendo que cerraran los ojos para hacerlo y ell@s han aceptado encantados. Mientras lo hacían y con los ojitos aún cerrados, se les iba dibujando una sonrisa de placer en sus caritas. 



Y luego la improvisada visita a la tienda de animales, que también nos ha valido para nuestra actividad. Cerrad ahora los ojos y no me digáis que no tenéis grabado en vuestro cerebro el olor de una tienda de animales, es característico, pues ese olor han podido descubrirlo también l@s pequeñ@s.


Ha sido un día especial, siempre les encanta hacer excursiones y la de hoy ha sido muy bonita y divertida.

Hasta mañana!!!

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