Hoy quiero
haceros una breve introducción a los sentidos del gusto y del olfato: cómo se
desarrollan, qué huelen o degustan… y luego os explicaré a qué hemos dedicado
el día de hoy.
Como ya
dije ayer los sentidos del gusto y el olfato están muy relacionados y en el
cerebro se perciben de una forma muy similar. Las sensaciones que siente el
futuro bebé son el resultado de cómo huelen y cómo saben las sustancias que
contiene el líquido amniótico.
A la sexta semana ya es reconocible la lengua y sus papilas gustativas
comienzan a formarse una semana después. En el segundo mes ya tiene formada la boca y es capaz de abrirla y de
tragar algo de líquido amniótico. A
partir del tercer mes su sistema gustativo ya está activo y en torno al
cuarto mes es capaz de distinguir diferentes sabores.
El feto tiene, desde el tercer mes de gestación, un
sentido del gusto muy desarrollado. Si percibe un sabor dulce en el líquido
amniótico, acelera los movimientos de deglución, mientras que si este contiene
un sabor amargo o que le resulta desagradable, deja de tragar en el acto.
El olfato.
El sentido del olfato es muy
importante para la supervivencia del bebé. Gracias al olfato el niño encuentra el pecho materno después de nacer.
Si al recién nacido se le aproximan
a ambos lados de la nariz dos trocitos de algodón, uno impregnado con leche
materna y el otro con la de otra mujer, se vuelve antes hacia el algodón en el
que aprecia el olor materno.
A las cinco semanas comienza a dibujarse un esbozo de nariz en la
primitiva cabeza del embrión. Se trata de dos puntos, las plácodas nasales, que
se sitúan en la región frontal, pero aún habrá que esperar algunas semanas para
que este órgano empiece a hacerse visible.
La depresión superficial que forman
estos puntos da lugar a las fosas nasales; alrededor de ellas se forman unas
elevaciones de tejido en forma de herradura que se transformarán en las aletas
de la nariz.
Entre las semanas 6ª y 7ª de gestación se desarrollan la punta, la cresta
nasal y parte del tabique, como resultado de lo cual, a la 8ª semana, su
pequeña nariz ya está diferenciada. A
las siete semanas los nervios y la membrana olfatoria también están formados y
a partir de la 12ª semana la nariz está preparada para percibir todo tipo de
olores.
En el útero el feto se
familiariza con olores procedentes de los alimentos y las sustancias que
consume la madre, que algunos investigadores cifran en alrededor de
120. Estos olores también impregnarán la leche materna.
Pues
bien, hoy y aprovechando que no llovía en Sarriguren hemos salido de excursión
a una tienda de jardinería, ya que estábamos cerca de una tienda de animales,
hemos entrado a hacerles una visita, no podíamos perder la oportunidad.
El objetivo de la actividad no era otro
que desarrollar nuestro sentido del olfato con las flores y plantas, sobre todo
aromáticas que allí nos hemos encontrado. Ha sido una experiencia muy bonita,
íbamos parando por todas las mesas llenas de plantas y oliéndolas, les he ido
sugiriendo que cerraran los ojos para hacerlo y ell@s han aceptado encantados.
Mientras lo hacían y con los ojitos aún cerrados, se les iba dibujando una sonrisa
de placer en sus caritas.
Y
luego la improvisada visita a la tienda de animales, que también nos ha valido
para nuestra actividad. Cerrad ahora los ojos y no me digáis que no tenéis
grabado en vuestro cerebro el olor de una tienda de animales, es
característico, pues ese olor han podido descubrirlo también l@s pequeñ@s.
Ha
sido un día especial, siempre les encanta hacer excursiones y la de hoy ha
sido muy bonita y divertida.
Hasta
mañana!!!
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