Esta
semana vamos a desarrollar el sentido del oído.
Los
sentodos permiten conocer el medio ambiente y descubrir las características
propias de cada objeto. L@s niñ@s están preparados para recibir información
desde el nacimiento, aunque no funcionan perfectamente. Algunos como el oído,
están bastante desarrollados al nacer; y otros como la vista, lo están menos,
pero como vimos anteriormente progresan rápidamente durante los seis primeros
meses.
Es
importante saber una serie de cosas y saber distinguir entre ellas. El recién
nacido dispone de un repertorio de capacidades que le permiten contactar con el
medio ambiente. Deval (en el libro “El desarrollo humano, siglo XXI editores, 1995)
habla de tres sistemas que relacionan al bebé con su entorno:
- Sistemas para recibir información: capacidades perceptivas, visuales, auditivas y táctiles.
- Sistemas para actuar: reflejos de succión, prensión, marcha (un día los veremos porque me parecen muy interesantes)
- Sistemas para transmitir información: el llanto, la sonrisa, las expresiones emocionales.
Las
informaciones obtenidas mediante los sentidos se codifican, se integran con
otras sensaciones y van dando lugar a
las percepciones (ver entrada 12 mayo). Las capacidades sensoriales son las
primeras funciones que hay que desarrollar en el niñ@, pues son la base del
desarrollo cognitivo.
Cada
sistema sensorial dispone de receptores para recoger la información del medio y
transmitirla al cerebro por medio de las vías nerviosas, a fin de descifrarla y
darle significado.
Y
me parece importante deciros cuales son los sistemas sensoriales que más
influyen en el desarrollo cognitivo- motor: El
sistema visual, el sistema somatosensorial o táctil-quinestésico y el sistema
auditivo, que es el que nos toca esta semana.
El
sistema auditivo es el más importante para el desarrollo normal del lenguaje.
Si el niñ@ no oye, no aprende a hablar con normalidad. Hay una película muy
antigua que se llama “El milagro de Anna Sullivan” de 1962, que lo muestra, os
la recomiendo, también es interesante “El pequeño salvaje” de François Truffaut
de 1970.
El
sentido del oído hace posible la percepción de los sonidos y permite conocer
sus características.
Para
trabajar con vuestr@s pequeñ@s en casa el desarrollo del oído, hay múltiples
actividades y muy sencillas que os pueden ayudar: señalar
las orejas y decirle que con ellas oímos. Escuchar los pájaros, el tren,
los perros ladrando... Todos estos
sonidos son oportunidades para oír. Coger una campana y hacerla sonar, cuando
abráis el grifo del agua ponedle a escuchar como cae…
Hoy
en el Tipi Hibiscus, hemos salido a dar un paseo al monte y así hemos podido
escuchar los sonidos procedentes de la naturaleza y disfrutar de ellos. La
primera parte de la actividad ha consistido en mirar y observar mientras
escuchábamos elevados sobre los escarabajos de madera y la segunda parte ha
sido tumbarnos sobre la hierba con los ojos cerrados y decir qué es lo que
oíamos. Les he explicado que con los ojos cerrados se escuchan muchas más cosas
y en efecto el sentido del oído se ha agudizado para dar paso a algunos sonidos
que inicialmente no escuchábamos. L@s pequeñ@ss se han mostrado muy atentos y
concentrados mientras oíamos, las hojas de los árboles agitarse con el viento,
el agua del arrollo, el canto de los pájaros, una guitarra a lo lejos, unas
bocinas de coches, los gritos y risas lejanos de l@s niñ@s del colegio… Ha sido
estupendo, nos ha encantado.
Esta
semana os daré algunas ideas más.
Hasta
mañana!!!
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