Buenas
tardes a tod@s:
Para
finalizar la semana y también la semana mundial de la lactancia materna, hoy
voy a hablaros de la composición de la leche de la mujer.
La
leche de la mujer, constituye una solución azucarada, salada y protéica que
posee glóbulos de grasa en suspensión.
En
resumen, puede decirse que la leche de la mujer está constituida por los
siguientes elementos:
Hidratos de carbono:
el representante fundamental y casi exclusivo es la lactosa. Este disacárido,
integrado por una molécula de glucosa y otra de galactosa, es un azúcar que
SOLO se encuentra en la secreción láctea de los mamíferos, y en la mujer es donde
alcanza la concentración más alta.
Proteínas:
son diversas, y mientras que unas proceden de las células glandulares (caseína,
alfalactoalbúmina), otras son el resultado de la trasudación de las mismas
desde la sangre (inmunoglobulinas). La concentración de proteínas en la leche
de la mujer es ciertamente baja, pero su calidad y perfecta utilización
compensa este hecho.
Grasas:
existen en forma de una fina emulsión de partículas cuyo diámetro
excepcionalmente excede las 10 micras. La mayor parte es grasa neutra,
dependiendo el tipo de la misma de las grasas integrantes de la dieta, si bien,
la calidad también puede verse modificada por un régimen rico en hidratos de
carbono. La proporción en que se encuentran en la leche está en torno a los 3
gramos, pero esta concentración varía más que la de cualquier otro principio
inmediato.
En
cuanto a las sales minerales y las vitaminas que se encuentran en la leche
de la mujer, según la opinión de algunos autores, son las suficientes para
cubrir las necesidades del lactante; otros, por el contrario, consideran que la
leche de la mujer es deficitaria en hierro, flúor y vitamina D.
Este
análisis que os acabo de describir es aproximado; en realidad, la composición
muestra variaciones no sólo de una mujer a otra, sino considerando aisladamente a una mujer. Estas variaciones
afectan tanto al volumen, que es máximo a las 6 de la mañana y mínimo a las 10
de la noche, como a la calidad, de forma que la leche, no solo ve modificada su
riqueza en grasas y proteínas a medida que la lactancia se prolonga en el
tiempo, sino que incluso, dentro de la misma tetada, es ciertamente distinta la
composición de la leche obtenida al principio y al final de la misma.
Efectivamente, con las primeras succiones, el niñ@ obtiene una leche con
elevado contenido en agua y un pobre valor calórico, pero conforme avanza la
tetada éste aumenta debido a que la concentración de grasa va siendo
progresivamente mayor. Al pasar al segundo pecho, la secuencia se repite y el
lactante empieza a mamar de nuevo una leche diluida que, por irse enriqueciendo
progresivamente de grasa, llega a saciarlo. Estos hechos tienen importancia,
dado que probablemente sean la base para el establecimiento de un adecuado
control del apetito.
Y
para finalizar, una reflexión sobre lo expuesto, hay que considerar que la
composición de la leche varía de una mujer a otra, podría pensarse que existen
madres con leche de buena calidad, pero esto no es así; una madre saludable con
un régimen de vida y alimentación normales segrega una leche que es la que en
realidad precisa su hijo y, de hecho aún en situaciones de malnutrición
materna, aunque puede reducirse el volumen, apenas se modifica la calidad.
Pasad
un buen fin de semana!!! Os espero a tod@s el lunes.
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